¿Cómo comenzar en la profesión?
El primer sentido que desarrollamos desde muy pequeños para expresarnos es el dibujo. Cuando adquirimos la capacidad del lenguaje hablado y escrito, la expresión gráfica pasa a un segundo plano en la mayoría de las personas. Sin embargo, otras sienten la necesidad de seguir expresándose a través del dibujo.
Dentro de nosotros/as hay una sensibilidad especial que dialoga con nuestro interior. Siendo capaz de plasmar en un papel en blanco emociones y sentimientos.
En cuanto a la técnica, se adquiere a través de estudios de Arte o de forma autodidacta; Consiguiendo con ello dar forma a nuestra creatividad.
La ilustración como profesión:
Se entiende por ilustrar, ampliar más allá de la palabra escrita lo que queremos comunicar o contar. Definiendo la estructura del libro, pues es en sí misma, una manera de transmitir ideas. Incluso careciendo de texto ya contiene mucha información. La Ilustración se ha desarrollado en varios campos denominándose de una u otra manera según su expresión y utilidad final.
Hablamos de la Ilustración como profesión, cuándo la pasión por el dibujo se convierte en oficio. Toda profesión implica un beneficio económico. Te contratan para resolver un encargo, y tú lo resuelves bajo unos mínimos, que te permitan, vivir dignamente.
La balanza se desequilibra cuando el valor de la Industria se antepone al valor individual.
Cuando trabajas por cuenta ajena en una empresa, el mínimo o máximo pactado entre la empresa y empleado se cumple bajo contrato inamovible.
La profesión del creativo se mueve en un ámbito cada vez más devaluado, al carecer de una relación contractual clara que fije unos baremos.
¿Qué no nos han contado de esta profesión?
Ya seas ilustrador para editorial, en animación, en videojuegos o en cualquiera de sus vertientes, lo que está claro es que al comenzar en la profesión nos mueve la ilusión y el ideal de trabajar en lo que nos apasiona. Pero el mundo real es otro, y nadie nos prepara. Encontrar nuestro lugar es parte del proceso vital y a base de errores aprendemos.
En esta profesión más que en ninguna, las sinergias y asociacionismo son importantes, puesto que llevamos a cabo nuestra labor en la soledad de nuestro estudio.
Un mismo encargo se puede resolver de muchas formas, tantas como miradas haya.
Nos preguntamos cómo destacar en una profesión en la que hay más demanda que oferta. Qué tiene que transmitir mi portfolio para destacar entre multitud de Artistas.
El editor o director de arte elegirá una propuesta de entre todas las que llegan a su redacción. Damos por hecho el valor diferencial y de calidad de la propuesta elegida. La calidad tiene un precio; El valor del tiempo invertido en su realización.
A menudo no se valora nuestro trabajo y tiempo, en la creación de determinadas imágenes para un proyecto.
Además de dibujar, tenemos que saber lidiar con otros muchos aspectos que en teoría no son de nuestra competencia: Marketing, precios, portfolio, redes sociales, varios programas digitales… etc. Cada vez necesitas más herramientas, porque la Industria va delegando todo el proceso en el ilustrador. Acabas siendo una mini empresa sin las ventajas de una gran empresa.
Ser creativo hoy en día es apostar por una carrera de fondo sin descanso.
Trabajar en lo que nos gusta, elegir lo que ocupará nuestro tiempo, nuestro sueño… ¿Y la ilusión?… la conservamos o la perdimos en el camino.
Comenzar en la profesión. Ahí está la clave, hacer más fácil el camino. Por eso es tan importante la compañía de personas con experiencia y de los que se esfuerzan en adquirirla. Del intercambio de ideas y opiniones que pueden abrir una ventanita donde asomarnos. Una ventana abierta a las oportunidades creciendo hasta convertirse en una puerta de entrada abierta a todos y todas.
APIM es esa puerta abierta, construida a lo largo de 35 años de vivencias por los socios y socias.
Juntos somos más fuertes
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