Angoulême 2009. Al buen tiempo, mala cara
Fenómenos extraños. La huelga general que hubo en Francia el jueves 28 de enero impidió a mucha gente acercarse al Festival debido a la paralización de los transportes. En consecuencia los editores se quejaban de que el número de asistentes era menor. Yo particularmente noté, en efecto, menos público que otros años, salvo quizás el sábado, donde la afluencia fue tan masiva como suele. La crisis parecía notarse, tanto psicológica como materialmente.
Por ejemplo, algunos editores se quejaban de que vendían menos, de que la gente se gastaba menos dinero en tebeos. Vi, de hecho, menos puestos que en otras ediciones del Festival, o eso me pareció. Por ejemplo, algunos editores eran reticentes a ver carpetas de nuevos autores. Por ejemplo, el ambiente más bien frío de la carpa de negociación de derechos internacionales, donde se comentaba que casi nadie compraba nada. Posiblemente por desconfianza en el futuro inmediato y cierto miedo a arriesgar, esto lo digo yo, aunque alguien apuntaba que este año no habían visto ninguna novedad sobresaliente, de esas por las que «todos se pegan tortas para editarla» (sic). A pesar de este «clima psicológico», las novedades de las editoriales francesas para el Festival eran abrumadoras, como siempre por estas fechas, tantas que da la sensación de que el mercado francés ya está demasiado saturado. Lo digo de todos modos a ojo de buen cubero, mi conocimiento de ese mercado es bastante superficial.
.
La organización del Festival, muy bien, en su línea de otros años. Carpas, stands, exposiciones, todo bien organizado y de fácil acceso. De las expos me quedo con la retrospectiva sobre Dupuy y Berberian, Gran Premio de Angoulême el año pasado y presidentes en esta edición del Festival, una exposición de espléndido montaje (ubicada en el museo de la BD de Angoulême) con abundante material de ambos dibujantes, tanto trabajos de ilustración como páginas de cómic (concretamente, hablo de memoria, había páginas de MONSIEUR JEAN, de HENRIETTE y de DIARIO DE UN ÁLBUM, más tebeos recientes de los dos autores por separado; Berberian por cierto sacaba cómic nuevo, SACHA, edita Cornélius). La otra expo destacable, al menos por lo que me contaron -esta no pude verla porque estaba en el quinto pino y no tuve tiempo de acercarme-, era la de Winshluss, del que hablo enseguida. Otra cosa que me llamó la atención es el nivel de los fanzines y jóvenes autores. Hay «fanzines» autoeditados que parecen la más profesional de las revistas, y no me refiero solo a la edición y al diseño, también al contenido. Autores noveles que demuestran un nivel asombroso en dibujo y recursos narrativos, y que dan la sensación de haber aprendido rápidamente de la generación de la nouvelle BD (los Blains, Sfars, David Bs, etc.) y estar afilando los lápices para cuando les llegue su turno de asaltar la bastilla de la BD. Y, posiblemente, de superar a sus maestros. Así es la vida, y así funciona también un mercado tan competitivo como el francobelga.
.
En el apartado español, es destacable asimismo el número creciente de autores patrios que están consiguiendo publicar en Francia en los últimos años, ya directamente o ya como venta de derechos del material que han publicado primero en España. Ediciones Rackham, por ejemplo, tiene publicados en Francia álbumes de Luis Durán, uno de David Rubín, en breve sacará EL EVANGELIO DE JUDAS de Alberto Vázquez, y acaba de editar también en francés EL ARTE. CONVERSACIONES IMAGINARIAS CON MI MADRE, de Juanjo Sáez, con quien fui precisamente este año al Festival. Juanjo, que estaba muy contento con su primera publicación en Francia, fue básicamente a firmar ejemplares, y, aunque en número modesto, no le faltaron lectores que quisieron llevarse su álbum firmado. Por su parte, autores como Raule y Roger, que publican directamente con Dargaud como es sabido, tenían una de las novedades destacadas en Angoulême, JAZZ MAYNARD 3, que realmente podía verse por todas partes, escaparates y demás; también estuvieron firmando en el stand de Dargaud. Hay bastantes autores españoles más publicando ahora en Francia, así que disculpas porque no puedo mencionarlos a todos. Más información al respecto aquí.
.
Buen tiempo. Chris Ware y Daniel Clowes, invitados este año, dieron charlas y firmaron ejemplares abundantemente. La charla de Moebius fue una de las que más expectativas levantaron entre el público, aunque charlas, conciertos «ilustrados» (toca alguien y un dibujante dibuja mientras la cámara le enfoca) y mesas redondas hubo para elegir. No sé si esto le interesará a alguien, pero yo, aprovechando la presencia de los dos estadounidenses, me compré in situ el último Acme Novelty Library, el 19 (una pasada por lo que he hojeado, una nueva cumbre en la carrera de Ware) y el Ghost World Special Edition de Clowes para llevármelos firmados, cosa que logré aprovechando que la cola era pequeña porque aún era temprano (las 10:30 de la mañana del sábado). Adrian Tomine también firmaba junto a ellos, aunque sus colas eran comprensiblemente menores. Ware, por cierto, es un tipo afable al que le gusta charlar y bromear con sus lectores, doy fe de ello. A Clowes en cambio se le ve más reservado. Fin de la zona cotilleo. De las novedades francesas me llamaron la atención, entre otras, el GUS 3 de Christophe Blain, que no compré porque seguro que saldrá pronto en castellano, pero por lo que puede hojear tenía toda la pinta de ser el mejor de la serie, además del más gordo en número de páginas. También me llamó la atención el PINOCCHIO de Winshluss, que empecé a leer directamente en el stand de Ferraille Illustré (Les Requins Marteaux) y me enganchó al momento. La edición es muy buena además, de modo que me lo llevé puesto. No dudé en comprarlo porque el francés que usa Winshluss es ideal para mí, teniendo en cuenta que el tebeo es en su mayor parte mudo. El álbum es, para entendernos, una versión bestia-underground del Pinocho de Collodi, con un dibujo un punto Vuillemin y abundantes metaguiños a la historia del cómic, particularmente a los cómics americanos de prensa de principios del XX (en este sentido, y también en el diseño de su portada, hay influencias de Chris Ware). Luego me enteré, ya a la vuelta de Angoulême, de que lo han premiado en el palmarés del Festival, Mejor Álbum, así que parece que mi olfato aún no está atrofiado del todo. El que me dejé sin comprar aunque ahora me arrepiento es un tochazo que ha sacado Ludovic Debeurme (el de LUCILLE) en Cornélius, un álbum de tropecientas páginas con un título tan lacaniano como LE GRAND AUTRE, El Gran Otro. Blutch por su parte recibió con todo merecimiento el Gran Premio (en la foto, Blutch mirando hacia abajo, y Debeurme en el centro). Con todo, lo más excepcional de este año fue el tiempo. No hizo nada de frío e incluso pudimos disfrutar del sol en bastantes momentos, algo raro para estas fechas en la Ville de Angoulême. A pesar del clima benigno, ambiente «frío» entre los editores. Así son las cosas a veces.
.
Deja una respuesta