La censura que casi destruye el cómic
Luis Felipe Alboreca
El pasado Jueves 23 de Enero de 2014, dentro de las charlas que realiza APIM en colaboración con la Biblioteca Nacional, Luis Felipe Alboreca, crítico de comic y escritor, nos presentó la problemática creada en 1954, en Estados Unidos, alrededor del mundo de los cómics que terminó con la llamada edad de oro de los mismos.
Frederic Wertham supuesto experto en delincuencia juvenil realizó una campaña para relacionar la misma, que estaba creciendo por aquellos años relacionada directamente con la crisis económica existente, con el leer comics.
El aumento de la delincuencia dependía de factores ambientales del momento pero se quiso buscar que la causa eran los cómics que supuestamente modificaban sus comportamientos sociales y sexuales, según Wertham producian un aumento del deseo sexual, el sadomasoquismo y la frigidez entre la juventud, razonamiento bastante incoherente en si mismo por los razonamientos que aportaba.
Todo ello se basaría en las grandes tiradas de tebeos policiacos y de terror, o en personajes concretos como Batman y Robin, que desde el punto de vista de Wertham marcarían conductas de tipo homosexual, o como Wonder Woman que establecía un papel masculinoide de la mujer por ser demasiado fuerte y no ser sumisa como tendría que ser la mujer según los valores sociales de la época. Así mismo se establecía que Wonder Woman también desviaría a los jóvenes en su sexualidad, como sería el bondage, ante la continua situación de encontrar, en las páginas de Wander Women, a esta heroína atada de mil y una maneras por los malos de turno.
Estas ideas constituyeron la base de una campaña contra los cómics, elemento no aceptado generalmente por la sociedad americana del momento por considerarlos como una infracultura, que llegaría a revistas generales y que cambiarían rápidamente la idea de los padres hacia este medio de comunicación y así los grupos conservadores del país encontraron un medio de control de una juventud que exigía cada vez más una libertad que ellos no estaban dispuestos a permitir. Esta campaña, orquestada desde la sociedad mas conservadora, llevo a la quema de millones de tebeos. Sin duda Werthan interesado en un protagonismo evidente encontró en esta cruzada un medio para alcanzar una mayor aceptación y fama dentro de la sociedad americana.
Pero en realidad lo que se temía era la presencia de 90.000.000 de cómic publicados al mes en Estados Unidos, que eran leídos por todo tipo de personas, de todas las edades, nivel cultural y condición social, y no eran controlados de ninguna forma por los grupos más conservadores de la nación. Los valores esgrimidos de ser causantes de problemas sociales no tenían sentido ante la gran variedad del público que los leía, pero si servía para desviar la atención ante los verdaderos problemas sociales como una falta de la educación de la población, la ausencia de una idea de futuro y una precariedad de vida muy importante en las clases media y baja de la sociedad americana, sobretodo en su juventud, lo cual si era verdaderamente un potenciador de la delincuencia.
Wertham presentó toda una serie de pruebas que fundamentaban su planteamiento, pero que con el tiempo se ha visto que eran falsas y que nunca aportó ningún estudio sólido al respecto.
En esta época, marcada por la caza de brujas del macartismo y la crisis económica se buscaba todo medio de control de nuevos movimientos de pensamiento, creando una verdadera paranoia contra cualquier cosa que pensara diferente de lo que ellos consideraban, asi Fredric Wertham y la Comisión Cosler encontraron un medio de control en estas ideas contra los cómics, que posteriormente serían ampliados a otros como la televisión,…
Esta campaña llevó a que el Comité del Senado decidiera un control de la violencia en los cómics y para ello creo las propias editoriales establecieron un proceso de autocensura y establecieron un código de control de las historias publicadas, dando lugar a un sello, que los editores pondrían en sus publicaciones, como marchamo de buen hacer. Esta idea sobretodo fue apoyada por las editoriales de tipo más infantil que en ningún momento las afectaba.
Curiosamente el propio Wertham se manifestó en contra del codes ya que el exigía la censura y cierre de dichas publicaciones.
Los años hicieron olvidar a Wertham y sus falsas denuncias pero el daño había quedado, el 70% de las editoriales desaparecieron por no poder continuar con sus publicaciones y los cómics que sobrevivieron se volvieron mas infantiloides. Y lo peor es que los falsos razonamientos dados por este personaje hoy en dia se siguen utilizando para controlar e infravalorar los cómics. Muchas cabeceras emblemáticas desaparecieron y ya nunca volvieron a ser publicadas, aunque con el tiempo hayan sido revindicadas tanto por sus historias como por su trabajo artístico de sus autores.
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